
Muy tocado comparecía ante los medios de comunicación el técnico blanqiazul Jordi Roger: «Increíble, no tengo que muchas palabras que decir. Se nos junta el miedo, la frustración y con eso nos paralizamos, no jugamos. Con el 1-2 hemos entrado al vestuario con caras de derrota, con miedo como si ganaran ellos… y a los dos minutos de la reanudación nos empatan con un gol de niños pequeños, no es que nos marquen es que nos lo hacemos nosotros.
El equipo estaba con miedo, parecía que perdíamos al descanso y estábamos 1-2. Con miedo no se va a ninguna parte.
Con 3 goles encajados fuera de casa es imposible y eso que teníamos el mejor marcador posible, un 0-2.
No puedo explicar los goles, vienen de nada.
René nos ha mantenido con el penalti e íbamos 0-2, mejor imposible para encarar el partido. El 1-2 nos ha hecho dudar y así no se puede jugar a fútbol ni avanzar.
No puedo analizar mejor ahora mismo el partido.
Es que siento frustración. Esto es una final regalada, no perdida. Porque con 0-2… es una final regalada, no nos engañemos. Ahora mismo el objetivo es salvarnos, estamos más cerca del descenso que de las tres últimas plazas, esa es la realidad».
Cuando uno no sabe el porque, ni el como solucionarlo debe ser valiente y dar el testigo a otro, el mister que es la cabeza de este proyecto no puede salir y decir que no sabe que decir, un entrenador de estas categorías no puede enseñar a jugar a los jugadores pero debe ser un psicólogo y saber sacar el máximo de cada uno de ellos