Intratable. Sin un ápice de duda. Rafael Nadal rompió la racha en el partido número 50 con Novak Djokovic. Después de perder siete encuentros seguidos (15-0 en sets), desde que ganó el último en la final de Roland Garros 2014, el español venció 6-2 y 6-4 al serbio en las semifinales del Mutua Madrid Open y se clasificó para disputar la final, que será la 107 de su carrera, la sexta de este año.
En un arranque fulgurante, Nadal no dio opción en los primeros cuatro juegos. Empezó con break a favor en blanco, continuó confirmándolo, se hizo con un segundo quiebre y confirmó un estado de forma sensacional. Con una dejada perfecta, el español cerró un primer set de matrícula con 12 golpes ganadores, el 86% de puntos ganados con el primer servicio y ni una ocasión de break concedida. Tras un año sin verse las caras, cuando lo hicieron el 13 de mayo de 2016 en el Internazionali BNL d’Italia, Nadal y Djokovic se cruzaron en la tierra batida de la Caja Mágica para escribir un nuevo capítulo en la historia de la rivalidad con más encuentros de siempre. En el segundo set, Djokovic reaccionó cuando el escenario estaba más complicado. Nadal se puso de nuevo con 2-0 pero esta vez, el serbio respondió con dos juegos consecutivos. Sin embargo, Nadal impuso de nuevo su ritmo, quebrando una vez más a Nole. Desde ese momento, ya no dio más opción a su rival. El mallorquín, de menos a más durante toda la semana, impuso su mejor versión ante Djokovic, que fue incapaz de frenar el vendaval ofensivo del campeón de 14 torneos del Grand Slam. Así, Nadal tendrá la ocasión de levantar el título en Madrid por quinta ocasión en su carrera (2005, 2010, 2013 y 2014) y de llegar a Roma invicto en arcilla esta temporada, tras su espectacular arranque en la gira de tierra batida que inició semanas atrás en el Monte-Carlo Rolex Masters.
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